El 21 de junio arrancó oficialmente el verano en el hemisferio norte. Y todo apunta a que será uno de los más calurosos de los últimos años. Las temperaturas extremas no solo afectan a nuestro bienestar, sino también al buen funcionamiento de los vehículos. Por eso, proteger el coche del calor ya no es solo una buena idea: es una necesidad para evitar averías, prolongar la vida de los componentes y conducir con seguridad.
Según la DGT, existen múltiples formas de cuidar el coche frente a los efectos del calor. En esta publicación te contamos cuáles son los puntos más vulnerables y qué hacer para mantener tu vehículo a salvo durante los meses más calurosos del año.
La batería, el primer afectado
El calor excesivo acelera la evaporación del ácido de la batería, lo que puede reducir drásticamente su capacidad. Si la batería está próxima al final de su vida útil, el riesgo de quedarse sin carga es mucho mayor. Conviene hacer una revisión antes de iniciar un viaje largo o si el coche ha estado parado durante semanas.
Neumáticos: cuidado con el asfalto ardiente
El asfalto en verano puede superar fácilmente los 60 grados. Y ese calor acumulado se transmite a los neumáticos, que sufren especialmente cuando están desgastados o tienen una presión inadecuada. Circular con neumáticos en mal estado puede provocar pinchazos, reventones o una pérdida de adherencia. Revisar su estado y ajustar la presión se convierte en una operación básica antes de salir a la carretera.
Refrigeración: el sistema que no puede fallar
Uno de los sistemas más críticos en verano es el de refrigeración. Si el motor se calienta en exceso y el circuito no funciona correctamente, el riesgo de avería es muy alto. La pérdida o evaporación del líquido refrigerante, combinada con un radiador en mal estado o un termostato defectuoso, puede terminar con el coche en el arcén. Revisar el nivel de refrigerante y comprobar que no hay fugas es una de las mejores inversiones que se pueden hacer antes de un viaje.
Frenos: menos eficacia, más peligro
El calor también afecta al sistema de frenado. Según Norauto, las altas temperaturas pueden reducir la eficacia de los frenos y provocar síntomas como un pedal más blando, ruidos metálicos o vibraciones al frenar. Ante cualquiera de estos signos, lo más recomendable es acudir al taller para una revisión a fondo. Frenar bien puede marcar la diferencia en una situación de emergencia.
Electrónica, gomas y plásticos: los invisibles que también sufren
Aunque no lo parezca, la exposición prolongada al sol daña con el tiempo pantallas digitales, sistemas de navegación, gomas de las puertas, juntas, faros y el propio salpicadero. Todo lo que queda bajo el parabrisas actúa como una lupa ante los rayos del sol. Si además dejas el coche cerrado durante horas, el interior puede alcanzar temperaturas de más de 60 grados. El deterioro es lento, pero inevitable si no tomas medidas.
Cómo proteger el coche del calor: consejos imprescindibles
1. Aparcar con inteligencia
Busca siempre zonas de sombra o, al menos, evita dejar el coche expuesto durante las horas centrales del día. Una funda protectora o un parasol pueden marcar la diferencia.
2. Muévelo de vez en cuando
Si el coche va a estar días o semanas sin uso, lo ideal es ponerlo en marcha y circular unos minutos cada cierto tiempo. Así evitas que la batería se descargue y que el sistema de frenado se deteriore por falta de uso.
3. Haz revisiones periódicas
Aunque no tengas previsto hacer un viaje, revisar el vehículo con frecuencia te permitirá detectar a tiempo fugas, niveles bajos de líquido o neumáticos en mal estado. Más vale prevenir que quedarse tirado.
4. En la costa, el enemigo se llama salitre
La humedad y el salitre aceleran la corrosión y pueden afectar a componentes eléctricos como el alternador o el motor de arranque. Si tu coche duerme cerca del mar, protégelo más aún y no lo descuides.
Un verano tranquilo empieza con un coche preparado
El verano no tiene por qué convertirse en una pesadilla mecánica. Preparar el coche para soportar el calor es tan importante como planificar la ruta o reservar alojamiento. Una simple revisión puede ahorrarte disgustos, tiempo y dinero.
Proteger el coche del calor no es solo cuidar una máquina. Es cuidar tu seguridad, tu economía y tus planes. No esperes a que sea demasiado tarde: pon tu coche a punto en tu taller de confianza y gana la batalla al calor.